El renombrado médico chachapoyano Jorge Reina Noriega, recibió el título de Profesor Honorario de la Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza de Amazonas.

Este acto se desarrolló en marco de la clausura del I Ciclo de Conferencias en Medicina Humana de la UNTRM, que se desarrolló con motivo del lanzamiento de la Escuela Profesional de Medicina Humana de esta Casa Superior de Estudios.

Actividad que también permitió distinguir y reconocer la participación de los médicos como es el caso del Dr. Mitchell Salazar Trigoso, Dr. Rolando Ramos Chuquimbalqui, Dr. Francisco García Arbildo, Dr. Llair Muñoz Mendoza, Dr. Guido Oswaldo Flores Serván y Dr. Jorge Mendoza Valdiviezo.

En palabras emotivas el recientemente nombrado profesor honorario, Doctor Jorge Reina Noriega dijo que esta ceremonia quedará grabada eternamente en lo más profundo de su corazón; “me permite remontarme en el tiempo, para sentirme otra vez cachimbo y contagiarme del entusiasmo de esta pléyade de jóvenes”.

Así también expresó su agradecimiento al Rector de la UNTRM, Dr. Jorge Luis Maicelo Quintana y a toda la plana docente, por el reconocimiento otorgado.

Como bien se conoce el Dr. Jorge Reina Noriega, tiene detalles de mucha importancia a lo largo de su trayectoria, Pastillitas para el Alama es una de ellas, a continuación transcribimos su escrito en relación a su distinción como Profesor Honorario de la UNTRM

ORGULLOSO DE SER AMAZONENSE

Pastillita para el Alma 26 – 03 – 15

En todos aquellos casos, que merecida o inmerecidamente, se recibe un homenaje, se acostumbra expresar nuestra gratitud, con palabras muy bien intencionadas, que expresan nuestro estado de ánimo, rebosante de alegría, por los logros obtenidos, pero, en este caso especial, con el peligro de ser mal entendido, deseo decir, con la franqueza y la humildad de corazón, que me siento orgulloso y silenciosamente agradecido.

Este mes de marzo del año 2015 y más exactamente el día 20, he tenido la grata satisfacción de haber sido nombrado PROFESOR HONORARIO, de la recién creada Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza de la Región Amazonas y en un hecho sin precedentes, en mi larga vida profesional, al servicio de mis pacientes, al ser objeto de tan distinguida condecoración, no deseo expresar mi público agradecimiento, sino manifestar pletórico de entusiasmo, mi sentimiento de orgullo, porque aquí, en la fidelísima ciudad de Chachapoyas, brillará con luz propia una escuela de formación de médicos, que no tendrá que envidiar o sentirse menos de ninguna otra del País, porque en este maravilloso templo, gracias al esfuerzo de sus educandos, se celebrará mañana más tarde, con bombos y platillos, los triunfos del estudio y la dedicación de jóvenes valores que con sus fatigas y desvelos, asegurarán el porvenir de sus familias y el prestigio de nuestro pueblo y de la casa de estudios que les brinda la oportunidad de hacerse hombres de bien.

Como no sentir orgullo al ver el entusiasmo desbordante de su joven rector de la Universidad, que consciente del reto que afronta, no se amilana ante el temor de las cosas difíciles, porque tiene Fe en DIos y en el trabajo tesonero de toda su planta de docentes de todas las Facultades que contagiados de la misma emoción, saben, en el decir de Lao Tse 570 años antes de Cristo que: “Las grandes realizaciones son posibles, cuando se da importancia a los pequeños comienzos”.

Envidiable la posición silenciosa y austera del ex rector Dr. Vicente Castañeda, que en la confianza del deber cumplido, muestra la felicidad al inaugurar el pabellón, obra de su gestión, donde funcionará la Facultad de Medicina, que en una placa de bronce, con letras indelebles figura su nombre. Esta placa histórica para la posteridad, enseña también la grandeza de espíritu, que resume la bondad incomparable del actual rector, el Dr. Jorge Luis Maicelo Quintana, quien sin ningún egoísmo, reconoce que las obras y los hechos, buenos o malos, deben ocupar un espacio en el tiempo histórico.

Recorrer los diferentes ambientes, con la presencia temerosa de los futuros médicos, es una ceremonia que emociona y que me traslada a mis años de estudiante en la capital de la República, sin embargo, distintamente, aquí, en este pedazo del Perú, no hay lugar para los desconfiados o los timoratos, enfrentándose a un mundo hostil y desconocido, aquí se vive y saborea la patria chica y en un acto de confianza inquebrantable, las oraciones de vuestras familias y de vosotros mismos, son himnos a la abnegación, a la virtud, a la dignidad, a la compasión que abren caminos para hacer el bien sobre todas las cosas, curando cuerpos, curando almas, comulgando en nuestra verdad que nuestro Padre Celestial ama al que tiende la mano al desposeído, da consuelo al que sufre y dice la palabra amable en el momento oportuno.

Por eso señor rector de esta digna Casa de Estudios, perdone mi impertinencia, pero, es conveniente recalcar que a usted, con el empuje de sus años jóvenes y el arrebato de su cuerpo de profesores, les toca la importante y más delicada tarea en la formación de esta nueva generación de profesionales. Vosotros seréis los responsables directos del triunfo seguro de esta legión de estudiantes, seguidores de Esculapio, de Hipócrates, Galeno, de Hipólito Unanue, de Daniel Alcides Carrión y tengo la seguridad que el resultado de sus esfuerzos, desvelos y preocupaciones, se verán coronados con el éxito.

En cuanto a ustedes, mis bisoños colegas, mi sincera felicitación, porque el solo hecho de haber alcanzado el honor de ser de la primera promoción, dice de su talento y su calidad de estudiantes, sin embargo no tenéis la obligación de ser los más sabios, pero, si el deber de ser los más dignos y honestos, respetando el uniforme blanco que los distingue y no les da el derecho de caminar erguidos y vanidosos con la frente en alto, sino con la humildad de inclinarse reverentes ante las enseñanzas del libro y de sus maestros y comprender el encargo de haber sido escogidos para ser la proyección de la misericordia de Dios en la tierra, por eso, os invoco, que poniendo vuestra mano en el pecho, sean capaces de traducir los latidos de vuestros corazones y se hagan la muda promesa de ser dignos, encumbrados y esforzados médicos formados con honor y orgullo en nuestra Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza de la fidelísima ciudad de San Juan de la Frontera de los Chachapoyas y les vuelvo a repetir, que el prestigio de nuestra Facultad de Medicina, se cimentará en el tesón que pongáis en sus estudios, en su calidad de ser hombres probos y de sanos principios morales y en la idoneidad de ser los primeros médicos formados en la Región Amazonas.

Por todo esto mi estimado y respetado señor rector Dr. Jorge Luis Maicelo Quintana, os ruego aceptéis mi silencioso agradecimiento por el gran honor conferido, nombrándome como profesor honorario, pero por esta vez, dejad que grite a los cuatro vientos y que en los cerros retumben, esta explosión genuina de orgullo de ser amazonense y le felicite por todos sus logros obtenidos y augure grandes victorias en todos sus combates programados.

 “HONOR Y GLORIA A NUESTRA FACULTAD DE MEDICINA”